El director, Wong Kar Wai, nacido en Shangai pero criado en Hong Kong, rodó esta película en EEUU. Dice Wong que normalmente él redacta los guiones, pero en este caso, al no ser el inglés su idioma, necesitó trabajar con Larry Block, un escritor de novela negra y creador del detective Matt Scudder (para dar pistas).
Trata del viaje de Elizabeth a través de América después de una difícil ruptura, de una huida para curarse. Pero, antes de emprender el viaje, se hace amiga del propietario de un café al que deja las llaves de la casa que compartía con su pareja. Este chico, Jude Law (tremendo actor, su mirada, su sonrisa, bastan para redondear una escena), tiene un bote lleno de llaves en su bar; llaves que tienen una historia, que nunca han sido buscadas por sus propietarios, pero que él se resiste a tirar.
Norah Jones, la protagonista, la viajera (la mayoría la conoce como cantante, esta es su primera peli), viaja por América y va trabajando en baretos para ahorrase un dinerillo que quiere invertir en un coche. Entablará amistad con un policía atormentado, con su ex mujer, con una jugadora de cartas… y, a través de ellos, se irá curando e irá dándose cuenta de que hay anhelos, vacíos, dolores mayores que el suyo.
No deja de escribir al propietario del café de Nueva York, al que le va contando su vida. Hasta que vuelve a Nueva York, después de ganar tiempo, de haberse dado la oportunidad.
De esta colaboración del cineasta asiático con el escritor americano ha salido una de las películas más buena, íntima, serena, que haya visto últimamente. Una preciosa historia de amor que sólo necesita de cartas y un beso.
Está rodada con cámaras manejadas a mano, como todas las películas que hace Wong, magníficos actores, guión original. En resumen: cine en estado puro.
Publicado por zinnia
el marzo 08 2009 17:04:35 ·
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