Como apenas deben quedar temas serios para tratar (el tema religioso acaba de agotarse de nuevo), voy a contar algo sólo para reír un poco.
Todos habréis tenido que enteraros de que tenía un gato. Lo siemto. También, de que se fue y volvió. Pues voy a contar lo ocurrido anteaanoche. No es algo serio, pero supuso una especie de trastorno interior.
En casa duerme una persona llamada Segismunda (es para no molestar), y en su habitación duermen también el perro Turc y el gato Xuqui, ese blanco que acaba de volver. A veces uno u otro molestan, claro, y entonces Segismunda se queja y al día siguiente cuenta alguna cosa.
Pues en la madrugada de ayer, en plena noche, oí voces. Presté atención, y me pareció que Segismunda gritaba: "¡Es una rata!". Yo me sentí dolido y preocupado, ante el pensamiento de cuan inconciliables pueden ser Segismunda y una rata. Pero el hecho me extrañaba.
Luego oí sonidos de puertas, algún maullido del gato y, ahora con claridad y desesperación, la voz de Segismunda que proclamaba: "¡Es una gata!". Y descubriendo sin pausa otra cara de aquella novedad, en seguida tuve que oír: "¡Ha parido!".
Tuve que levantarme y comprobarlo. El gato blanco era una gata, esto me costaba muchísimo (ya dije que mi problema era interior, de enfoque). Tenía un gatito. Segismunda los colocaba en una cesta, en un trastero. Hubo un momento en que el Turc había cogido al gatito y se lo llevaba en la boca. Cosas secundarias.
Teníamos el Xuqui hacía un año, y lo teníamos por macho porque así habíamos acordado que tenía que ser y así lo habíamos pedido a la dueña de la camada. No es feo, pero se le ve algo raro. Hasta muerde un poco. Ahora no se mueve de junto al pequeño, y le gusta que vauamos a verlo. El perro pasa largos ratos a su lado, y a lo mejor va y da un lametón al gatito. No pasa nada.
Uno a veces no sabe qué decir.
Sebastián.
Publicado por fw
el septiembre 08 2008 23:04:34 ·
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