Quizás no debiera dirigirme a ti con una carta como esta, pero me veo en la necesidad de hacerlo porque es imposible hablar contigo, cariño, y ya no puedo más. Estás siempre tan ocupado que no me haces ni caso y tengo mucho que contarte. Tendría que atarte a la pata de la cama y también amordazarte para que me escuchases sin interrumpirme, pero eres tan enorme y, con tu metro noventa... no podría hacerlo yo sola y, la verdad, no puedo pedir ayuda porque lo que tengo que decirte es tan personal que no quiero que haya testigos delante.
No deseo hacerte ningún daño pero quiero el divorcio, cariño, en realidad sé que tu también lo quieres y te entiendo, es más cómodo que lo pida yo ¿no es cierto? De ese modo quedarás como la pobre víctima, el pobre marido abandonado por su mujercita, esa arpía que te engaña, porque... si, cariño, te engaño, es decir, te he estado engañando, pero... no es nada personal contra ti, simplemente es porque, ya, no te aguanto más.
Verás, ¿recuerdas a Jaime? Si hombre, es aquel chico con el que salí antes de conocerte; te he hablado de él muchas veces y la verdad es que no te gustaba nada que lo hiciera. Jaime era tan amable... y yo sólo te contaba cosas buenas de él. Siempre que tú y yo teníamos alguna discusión, te recordaba que debí casarme con Jaime y no contigo, y eso nunca te gustó. Yo lo hacía para fastidiarte, pero la verdad es que lo he pensado cantidad de veces.
Bueno, pues como no deseo que te quedes con la curiosidad de saber cómo empezó mi romance con Jaime, te diré que hace unos meses salí de compras y comenzó a llover a mares. Y como siempre, me fui sin el paraguas, porque odio los paraguas y porque, además, acabo perdiéndolos siempre. Mientras esperaba a que el semáforo me diera paso cayó un aguacero inesperado y, aunque llevaba aquel chubasquero amarillo que me regalaste - la verdad es que tu mal gusto no tiene límites, porque con él parezco el Capitán Findus - me quedé caladita hasta los huesos y, en esas, se acercó a mí un caballero muy amable que me dijo:
- ¿Me permite que la cubra con mi paraguas? Es que llueve de una forma que va a pillar Vd. un resfriado tremendo.
Le miré un tanto sorprendida porque, lo cierto, cariño, es que creí que ya no quedaban caballeros; pensé que podía ser algún fresco que simplemente quería aprovechar la ocasión para ligar, pero llovía tanto que le contesté:
- Pues gracias, la verdad es que estoy calada y este semáforo tarda demasiado en cambiar.
- ¿Adónde va? puedo acompañarla si no va muy lejos y así no se mojará más.
- No, no voy cerca, aunque pensaba entrar antes en la cafetería de la esquina a tomar un café y esperar a que pase esta tormenta, es suficiente que me acompañe hasta la puerta, muchas gracias.
Yo le miraba de reojo porque su cara me resultaba familiar y él hacía lo mismo. Entonces decidimos mirarnos sin ningún reparo y casi simultáneamente dijimos:
Publicado por fw
el agosto 13 2008 09:08:41 ·
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fw 06/02/2021 19:36 gracias por los besos. cuidáos mucho. un abrazo
fw 06/02/2021 19:36 aquí seguimos, Mar. sin armar escándalos :-D
Mar 21/01/2021 17:29 Y que os he dejado un poemilla en el Olvidado Jardín.
Besos
Mar 21/01/2021 17:24 Holaaaaaa!!!
He vuelto a la casa abandonada ¿Hay alguien?
Solo vengo a dejaros abrazos imposibles. y
Mar 10/01/2019 12:34 Otro Año, otras vidas...
Os deseo a todos que sea Feliiz y que tengamos Salud y Trabajo.
Todo con mayúsculas.
Y abrazos a capazos.