Mensajes: 171 Localización: Alcala de Henares Registro: 26.01.09
Publicado el 11-08-2015 22:20
Pasaba la noche por mi alcoba
dejando sobre nosotros la pátina del estío.
Por la ventana parecía que el cielo
se veía con el azul que que nos regala
cuando casi se adivina el día.
Era la luna y tu perfume a tierra mojada,
como gardenia y heno frente a la sierra de Gata.
Una tormenta de pensamientos me atropellan
y no tengo más ayuda que tú,
para dejarme hueco de pesares,
ligero de equipaje y tranquilo
cuando el sudor de la noche
no se distingue de las lágrimas
a poco que inicie el pensamiento su vuelo.
Cierro los ojos y camino sin cuerpo hacia
una luz refulgente, blanca y cambiante
como un pellejo que se estira.
No se si os ha pasado, cuando lloráis,
que al mirar la tenue luz de una vela,
vienen unos brazos de luz hacia tí,
para luego irse.
Sin dudarlo, de esta noche, lo mejor
fue respirarte.
Te hallabas silenciosa;
y descansabas a mi lado;
y sentía que estaba
contigo.